El Sistema de Notificación de Eventos Adversos a las Vacunas ( VAERS ) es una base de datos administrada por los Centros de Control de Enfermedades ( CDC) que recopila informes de problemas de salud experimentados después de recibir una vacuna.
El objetivo de VAERS es identificar los posibles efectos secundarios que las pruebas de seguridad previas a la comercialización de estas presuntas «vacunas» pueden haber pasado por alto. Según los CDC, se supone que VAERS es «el sistema de primera línea de la nación para monitorear la seguridad de las vacunas». Esto es especialmente crítico para la supervisión de las inoculaciones de vacunas de COVID-19, ya que fueron las primeras «vacunas en la historia» que salieron al mercado sin las pruebas de seguridad a largo plazo requeridas para la aprobación de la FDA. Sería de esperar que si una nueva vacuna termina recibiendo más informes de muertes en cinco meses que todas las demás vacunas de la historia combinadas, durante los 28 años anteriores, eso debería justificar cierta atención mediática, pero no es así. La realidad es todo lo contrario, los medios repiten una y otra vez, como si fuese un rezo o una letanía de una novenario católico que las vacunas son «seguras y eficaces» ¿en que se basan para decir eso? Seguramente, en los datos reales de efectos adversos no.

Un ejército de periodistas y autoproclamados «verificadores de la verdad» están listos para asediar y machacar a cualquiera que se atreva a informar sobre estos asombrosos datos de montones de efectos adversos y muertes por las vacunas anti covid-19. No solo eso sino que el mero hecho de sugerir que probablemente las vacunas están provocando demasiados efectos adversos y que no están siendo eficaces te convierte en un teórico de la conspiración o un extremista de extrema derecha. Las vacunas anti covid parecen ser el caliz sagrado, al arca de la alianza que defienden todos los medios de desinformación, las empresas de comunicación, los periodistas tarifados y todas las trasnacionales farmaceuticas (con notables excepciones, como Merck que ha dicho claramente que las vacunas no son necesarias y no aportan ninguna defensa adicional a las propias del ser humano contra el COVID). Pero la difamación vacía no ha sido la única técnica difamatoria empleada por los poderes fácticos.
El número real de muertes luego de las vacunaciones masivas es aún desconocido
Aunque el VAERS recoge a nivel de Estados Unidos ya más de 8000 muertes por las vacunas anti-covid, este número se basa completamente en informes voluntarios, pero casi nadie sabe que existe ese registro, por lo que seguramente capturará una mera fracción de los efectos secundarios y las muertes reales que no son reportadas. Cuando el periodista estadounidense Tucker Carlson llamó la atención sobre los informes acumulados en VAERS, el Washington Post, Forbes y la mayoría de los otros agentes de desinformación, y menospreciadores de la verdad y los hechos cientificos reales, no mencionaron su referencia explícita a un grupo de investigadores de Harvard que demostraron de manera concluyente que la tasa de detección de muertes y efectos adversos recogidos en VAERS es impresionante. La conclusión del periodista Carlson, de que nadie sabe realmente la cantidad real de personas que murieron después de que la vacunación contra Covid, fue atacada con frivolidad por los cínicos propagandistas de los Mass Media de Estados Unidos.

Los medios de comunicación estadounidenses, que brindan están dedicados abiertamente a cubirle las espaldas a nuestros señores supremos de las vacunas, también han guardado un despreciable silencio sobre los pocos informes que llegaban sobre las vacunas COVID-19, criticando a la gente por mencionar y preocuparse por «apenas 4.000 informes de muertes por vacunas» en cinco meses. Ese número, dicho así podría confundir, pero hay que mencionar que antes de que aparecieran las vacunas Covid, VAERS solo había superado los 200 informes de muerte por Vacuna en todo un año una vez en toda su historia de recopilación de datos. Es decir, nunca jamás en la historia de las vacunas en Estados Unidos, ninguna había producido más de 200 muertes en un año y la de COVID supero las 4000 en cinco meses y ya va por las 8000 y los medios no dicen nada. El recuento de VAERS muestra 1,000 muertes más que la cantidad de personas que murieron el 11 de septiembre. Pero el punto es que, de principio a fin, Carlson dejó en claro que su punto principal ni siquiera se trataba de VAERS. Su tema era el acoso y la censura que se acumulan sobre «cualquiera que se atreva a cuestionar las vacunas», y luego fue que pasó a narrar casos inquietantes que en VAERS.
Nada podría haber demostrado mejor el punto de Carlson que las respuestas deshonestas que distorsionan tanto sus palabras como los hechos. Como señaló Carlson, los datos que se acumulan en VAERS no necesariamente nos dicen nada sobre las vacunas Covid. Pero sin investigar el asunto, es igualmente probable que las denuncias sobre efectos adversos que hayan hecho los ciudadanos hayan sido suprimidas, como se suprime la opinión de cualquiera que plantee la posibilidad de que las vacunas podrían no ser del todo «segura y eficaces» como repiten en novenario los grandes medios de desinformación.
Cualquiera que sea el caso, el volumen de informes de muertes que inundan al VAERS es extraordinario. El esfuerzo por destruir a cualquiera que quiera divulgar esto hace que una investigación completa sea mucho menos probable y podría presagiar algo muy oscuro. Apenas hemos sondeado las profundidades del encubrimiento de los datos de VAERS.
Mentiras absurdas
Es muy tipico de los grandes medios de desinformación estadounidenses repetir mentiras absurdas y que van contra el más elemental sentido común sin siquiera sonrojarse, sin la más mínima vergüenza. Jack Brewster de Forbes, por ejemplo, reveló su absoluto desprecio por la inteligencia de sus lectores con esta ridícula tontería: «VAERS está diseñado para permitir que cualquier persona informe un evento, lo que significa que los datos no están verificados … [Forbes]» Esta es la clase de frases estúpidas que pasan por «ciencia». El hecho de que cualquier persona vacunada pueda enviar un informe sobre los efectos adversos o la muerte despues de la vacunación en su centro sanitario obviamente no significa que estén ingresando en la base de datos información sin ninguna verificación. El vasto ejército de trolls defensores irracionales de las vacunas parte de la premisa de que sus seguidores y lectores son imbéciles que basan su credulidad en estas fuentes de desinformación en un supuesto apego a «la ciencia».

Hemos sabido desde el principio que el número oficial de muertes en esta «pandemia» combina deliberadamente morir con Covid y morir a causa de Covid. De hecho, una serie de factores garantizan un número desconocido pero enorme de entradas falsas en el número oficial de muertos. Los medios de comunicación están sugiriendo, sin evidencia, que lo mismo se aplica a los informes de muertes por vacuna post-Covid que están saturando el VAERS, lo que demuestra el viejo adagio de que «cada ladrón juzga por su condición».