Alrededor de 80.000 sindicalistas marcharon el lunes por Bruselas, capital de Bélgica, para protestar por el alto costo de la vida y la falta de un aumento suficiente de los salarios; el dinero se destina a los grandes presupuestos militares cuando lo que se necesita con urgencia es que los salarios alcancen hasta el fin de mes a las familias de bajos ingresos.